Este discurso lo escribí el año pasado, para despedirme del instituto en el que estuve durante 6 años. Realmente lo subo porque hay gente que me lo ha pedido. Espero que os guste. ¡Suerte!
Siempre he
sabido que las palabras son mis aliadas, pues puedo expresarme con ellas mucho
mejor que con cualquier otro método. Pero también sé que hay sensaciones que
las palabras no abarcan y creo que lo que hemos vivido en este instituto es una
de esas sensaciones.
Aun recuerdo
cuando llegamos aquí, hace ya seis años. Por aquel entonces la magia rondaba
nuestras mentes, y seguíamos jugando como los niños que éramos. Pero pronto se
instaló el entusiasmo y el nerviosismo en nuestros corazones. Entusiasmo por la
esperanza de descubrir un mundo nuevo, a al vez tan lejos y tan cerca de la
fantasía, el mundo de los adultos que lo llamábamos.
Nerviosismo por la certeza de que cambiarían
nuestras vidas, de algún modo. El instituto abrió esa nueva y reluciente etapa
en la que se pasa de la niñez a la adolescencia. Algo luminoso.
Personalmente,
creo que en primero de la ESO
aun éramos niños que ignoraban los secretos del mundo. Nuestros profesores nos
abrieron puertas en todas direcciones: nuevos idiomas, nuevas ciencias, nuevas
sabidurías. Empezamos estudiando con juegos y acertijos. Luego el asunto se
volvió algo más serio, pero no demasiado. Aquí existe una conexión entre
alumnos y profesores que enriquecen a los dos por igual, y quita hierro a cualquier
asunto.
Recuerdo el
entusiasmo de los profesores de biología enseñándonos la belleza de la
naturaleza, los de historia haciéndonos viajar al pasado, los de idiomas
aportándonos herramientas para el futuro…cada uno era arrastrado por la fuerza
de una parte de su materia, y a veces lo explican con tanta pasión que te hacen
creer que lo misterioso y lo bello se encuentra a nuestro alrededor, y que no
somos capaces de verlo.
Entre clases,
excursiones, actividades y viajes empezamos a tomar decisiones importantes. Una
de ellas fue comenzar a dirigir nuestros pasos hacia lo que queremos ser en un
futuro. Tal vez no éramos conscientes, pero las materias que íbamos escogiendo
tendrían una repercusión que ya era completamente visible en bachillerato.
Bachillerato tecnológico, de ciencias de la salud, de sociales o humanidades.
Todos hemos tenido que ir por nuestro camino, y creo que encontraremos nuestro
sendero a la felicidad.
Tal vez las
clases se olvidan, los conocimientos se pierden en el fondo de la memoria, pero
hay recuerdos tan resplandecientes que es difícil pasar por alto. Los momentos
de risas y de sufrimientos, la experiencia que vivimos con otras personas, la
sensación de pertenecer a una organización que es algo más que un edificio
donde se imparten clases.
Siempre me
dijeron que cuando abandonara el instituto me entristecería. Siempre lo negué.
Ahora me doy cuenta de que no se referían al edificio en sí, sino a todas esas
cosas inmateriales que dejas atrás cuando te vas. No, no voy a echar de menos
esos muros, ni esos libros. Voy a echar de menos a las personas que han hecho
posible que hoy esté aquí dando ese discurso, que me han apoyado en todo
momento, que están cuando lo necesitas, más allá del ámbito académico. A todos
los profesores que me han mostrado fragmentos de la realidad, a los amigos que
me han prestado su hombro y han llenado mi tiempo libre de bromas, incluso al
personal que fotocopia en conserjería o que limpia. Y la participación de los
padres, que aportan energía, material y llenan salas.
Todos han
formado parte de una etapa de mi vida, y eso es algo que nunca, jamás, voy a
olvidar. Gracias a todos por haber sido parte de esta aventura. Nos veremos en
el futuro, en algún lugar, tal vez dentro de unos días, o tal vez dentro de una
eternidad.
Ay, ay, que bonito, de verdad... Me ha conmovido y todo. :-)
ResponderEliminarJajaja, gracias, era mi intención ;)
EliminarComo trabajador docente me ha encantado por su sencillez y clariada.Un beso
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Conseguí que a mi profesora de inglés se le salieran unas lagrimillas, le encantó ^^
EliminarQuise decir claridad.
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