18 sept 2014

El soldado del infierno

El soldado del infierno, 
entre un gran fuego rojo y cegador, 
camina sobre las tumbas de víctimas
odiadas sin compasión.

El soldado del infierno, 
sin detenerse apenas a pensar, 
muestra sus blancos dientes afilados 
con los que aprendió a luchar.

A dentelladas le llega 
la furia de su rojo corazón, 
corazón que tiene roto y ajado, 
y que perdió en un rincón. 

A dentelladas camina 
lentamente y mirando alrededor 
sin ver que él es a la misma vez 
la víctima y el matador. 

El soldado del infierno 
pide con los ojos salir de allí, 
pues sus muchas víctimas se levantan 
y lo intentan perseguir.

El soldado del infierno 
no vive en la casa con Satanás, 
habita en los estados democráticos 
de un mundo para olvidar. 

Los soldados del infierno 
pueden ser ateos o no, 
pero todos imploran a Dios 
que los perdone por tanto dolor. 

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