Al investigar
un incendio forestal ocurrido en los montes de la cordillera cantábrica, uno de
los que tuvo mayor repercusión, el equipo técnico dictaminó que el fuego había
comenzado en una pequeña casa de madera. Allí encontraron, además de varios
cadáveres consumidos por las llamas en el interior, un móvil con muchas
llamadas perdidas del mismo número. Al recogerlo, vieron que eran de un tal
«Jorge Clase». Al no recibir respuesta, comenzaron a investigar los últimos
whatsapps y mensajes enviados, pensando que tal vez el muchacho quemado que
estaba en el suelo, a unos cuantos metros y, al parecer, arrastrándose hacia
él, podría haber intentado pedido ayuda.
16: 34. Eh,
Jorge, ¿no te apuntas a venir este finde? Al final uno de mis amigos ha
conseguido que sus abuelos le dejaran su casa de veraneo, en mitad de un monte,
para celebrar su fiesta de cumpleaños “responsablemente”. ¡Lo vamos a pasar
genial! Dime si puedes venir o no.
17: 00. No,
tío, me tengo que quedar a cuidar a mi primo.
17: 01¿Seguro
que no quieres venir? Mario ya está molesto porque la mitad de sus amigos no
han respondido aún (no parece que vayan a venir).
17: 02 No es
que no quiera, es que no puedo. ¡Pasadlo bien!
17: 02 ¡Nos
vemos el lunes!
Sábado
16: 46 ¡Eeeeh!
¿A ti no te gustan las pelis de terror? Hay aquí un cuadro que da un cague
flipante.
16: 50 ¿Un
cuadro? ¡Manda una foto!
16:51 ¡Es un
tío lleno de vendas!
16:51 Ni tan
siquiera se sabe si es un hombre o una mujer o si son vendas o papel higiénico.
El pintor no es bueno.
16: 53 Eso lo
dices porque no lo tienes en mitad del salón.
16:53 ¿Qué,
estáis todos cagados? ¿Eh? Jajajajajaja
La fotografía
a la que los dos se referían no aparecía en el chat. Solamente se podía ver el
archivo borroso, como si no se hubiera descargado, y cuando intentaron hacerlo
aparecía un mensaje informando de que el archivo ya no se encontraba en la
tarjeta de memoria. De todos modos, el cuadro que encontraron entre los
escombros representaba claramente a una mujer entera vendada.
23: 32 Hemos
oído ruidos en el salón. Las chicas están cagadísimas, te lo pasarías genial
metiendo miedo. Marcos ha traído una araña de mentiras, ya verás.
23: 45 Deja de
darme envidia de una vez.
23: 48 Oye, ha
bajado una de las chicas y aún no ha vuelto.
23: 48 ¿Quién?
23: 48 Noelia.
23: 49 ¿Esa es
la pelirroja de cuarto? Entonces os esperará para daros un susto, a esa no le
puede pasar nada.
Domingo
00: 15 No la
encontramos por ningún lado, joder.
00: 16 ¿Me
tomas el pelo?
00: 16 ¿Crees
que te vacilaría con eso?
00: 17 Decidle
que vais a llamar a sus padres si no aparece, volverá corriendo.
00: 19 Estoy
empezando a preocuparme de verdad. Hemos vuelto a oír ruidos.
00: 20 ¿Habéis
tomado algo?
00: 21 ¡Que
no!
00: 45 ¿Sigues
ahí? ¿Ha aparecido?
00: 46 El
maldito cuadro me está mirando.
00: 47 Estáis
hasta las cejas de maría o algo.
00: 48 Te digo
que mira fijamente y me parece que tiene menos vendas.
A partir de
ese momento no había más mensajes, pero sí un vídeo. Al descargarlo, pudieron
ver parte del cuadro al que se refería en los mensajes anteriores. Una
respiración algo entrecortada se oía, mientras alguien decía que deberían
alejarse de aquel lugar. Solamente se veía la esquina inferior derecha del
cuadro, de la que colgaba lo que parecía ser una venda blanca.
El vídeo
terminaba unos segundos después, cuando ese trozo de venda parecía comenzar a
quemarse ante los gritos del grupo de amigos. Los investigadores encontraron
una tabla de ouija casi irreconocible bajo las cenizas y unas cuantas velas
negras y blancas, por lo que supusieron que algún gracioso había puesto papel
higiénico cerca del cuadro para asustar a los demás y las velas habían hecho el
resto.
Lo que no
llegaron a explicarse es por qué los demás murieron quemados, si habrían tenido
tiempo suficiente de salir al jardín e incluso de apagar el pequeño incendio.
Jorge, varias decenas de kilómetros más allá, había muerto con su primo en un
incendio que comenzó en la cocina de su casa, donde se consumió también el
móvil que podría tener el archivo del cuadro.
Tendrían que
pasar años hasta que la obra reapareciese en un viejo desván, donde la encontró
un viejo coleccionista y restaurador interesado en cuadros extraños de
determinadas épocas históricas. Este lo inspeccionó y encontró en él algunos
pelos rojizos. Sin darle demasiada importancia, lo dejó en mitad de su tienda
para seguir con él a la mañana siguiente.
Al volver, se
encontró con un pequeño mensaje a la altura de la mano derecha de la figura
femenina que hasta entonces no había visto. Unos pequeños rayones formaban la
palabra «socorro» a la inversa, como si hubiera sido escrito desde dentro. El
restaurador se colocó sus gafas y comprobó que eran recientes. Revisó las
cámaras de seguridad y vio acongojado cómo nadie parecía haber entrado ni
salido del local aquella noche.
Después de
investigar la procedencia del cuadro y ver los archivos de la desaparición de
la chica, se puso en contacto con la policía para intentar encontrar alguna
explicación. Sin embargo, antes de que le respondieran, la tienda de
antigüedades fue pasto de las llamas y el cuadro desapareció. Según dicen
algunos, ha vuelto a su lugar de origen, con una nueva figura de un hombre con
gafas que espera un nuevo incendio… y nuevas víctimas.
PD. ¡Feliz Halloween! El maldito cuadro existe, lo vi en una casa antigua. El resto podría pasar. Digo yo.
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